
La reciente entrega de 31 nuevas unidades de transporte público con aire acondicionado en Puerto Vallarta ha generado conversación entre ciudadanos, especialistas y usuarios del transporte, no solo por la modernización del servicio, sino por el alto costo de la inversión y su impacto directo en la economía de la población.
La inversión total asciende a 150 millones de pesos. Sin embargo, es importante aclarar que no se trató de una compra completamente financiada por el Gobierno del Estado. De acuerdo con información oficial, el gobierno estatal aportó aproximadamente 33 millones de pesos, mientras que la mayor parte del recurso provino de inversión privada, es decir, de los concesionarios del transporte, bajo un esquema de subsidio gubernamental.
Esto significa que, aunque hubo apoyo del Estado, la compra de las unidades fue mayoritariamente financiada por particulares, lo que abre el debate sobre la reciente autorización del aumento a la tarifa del transporte público en Puerto Vallarta.
Cada unidad tuvo un costo aproximado de 4.8 millones de pesos, una cifra considerada alta dentro del mercado del transporte urbano. Para dimensionar este monto, basta compararlo con vehículos de lujo disponibles actualmente en México.
Con un monto similar se puede adquirir:
Un Mercedes-Benz Clase S con valor aproximado de 4.5 a 4.9 millones de pesos.
Un BMW Serie 7 con un precio cercano a los 4.6 a 4.9 millones de pesos.
Un Audi A8 L con un costo aproximado de 4.7 millones de pesos.
Un Porsche Cayenne con precios entre 4.3 y 4.8 millones de pesos.
Si se observa el total de la inversión, los 150 millones de pesos permitirían adquirir aproximadamente 30 autos de súper lujo, 50 SUVs de gama alta o hasta 60 vehículos ejecutivos de nivel premium.
Mientras tanto, los usuarios del transporte público enfrentarán un aumento en la tarifa, que pasará de 10.00 a 14.00 pesos por viaje. De acuerdo con la información oficial, quienes tramiten la tarjeta de descuento, disponible a partir del mes de abril, pagarán una tarifa preferencial de 11.00 pesos.
Si bien la modernización del transporte público es necesaria para una ciudad turística como Puerto Vallarta, también resulta válido cuestionar si el costo de estas unidades —considerado elevado frente al promedio del mercado— justifica un incremento en la tarifa, especialmente cuando la inversión fue mayoritariamente privada y contó con subsidio gubernamental.
La mejora del servicio debe ir acompañada de transparencia, equilibrio financiero y un beneficio real para la ciudadanía, que diariamente depende del transporte público para trabajar, estudiar y movilizarse.
La pregunta queda abierta para la sociedad vallartense:
¿Es justo pagar más por el transporte público cuando la inversión fue principalmente privada y el costo por unidad equivale al de un auto de súper lujo?



