El juego que todos jugaremos
No es una obra de teatro en dos actos de Alejandro Jodorowsky. su acción transcurre en el alma del espectador.
La finalidad de la obra es: tratar de cambiar para siempre al espectador.» En esta obra Jodorowsky rechaza totalmente el teatro del pasado y se dedica plenamente a la conversión del espectador.
Los actores no representan personajes o, cuando más, representan a un grupo de actores. En el primer acto se explica y se expresa cómo necesita de caricias el ser humano, y cómo tiene muchas necesidades que satisfacer y trabas de las que liberarse. En el segundo acto los actores circulan por la platea ofreciendo consejos y exhortaciones cuyo tema es «Despierta, hombre pequeño». Los espectadores pasan a ser actores.