Reportajes

El poder del individuo ante los intereses del poder

 
A lo largo de los últimos 50 años, Puerto Vallarta ha pasado por muchísimos cambios, algunos influenciados por la historia de nuestro país, otros influenciados por la historia que se crea a partir de la globalización. Esta última, se ha expandido por todas las economías impulsadas por proyectos gubernamentales y legislativos que sin duda promueven el beneficio de intereses privados, pero ¿Quiénes son estas personas que se han beneficiado mas por la globalización? ¿Quiénes son aquellos que han sido afectados por este proceso? Y ¿Qué futuro promueve esta expansión corporativa para la humanidad? Estas preguntas son obligadas ahora en el siglo XXI cuando queda claro más allá de la duda que un porcentaje muy pequeño de la población fueron los ganadores y la mayoría fueron los perdedores. Este sistema actual ha desarrollado una acumulación de poder económico desmedido en pocas personas. Un estudio reciente elaborado por la universidad de Princeton concluye que Estados Unidos no es una democracia sino una oligarquía. La oligarquía es el principio básico del poder acumulado en intereses privados, la oligarquía es el equivalente a la monarquía pero de los empresarios. La globalización prueba que por encima del poder de los gobiernos está el poder económico, y con este poder, no existen fronteras, estas oligarquías pueden controlar las cúpulas gubernamentales de cualquier país, y tener acceso a destruirlos o levantarlos de las cenizas siempre y cuando sea buen negocio. Entonces, nos queda preguntarnos ¿Cuál es el poder de la gente? Si efectivamente no vivimos en democracias, y vivimos en un sistema oligárquico. ¿En donde esta el poder de la gente? Pues la respuesta es mas sencilla de lo que la mayoría se imagina, si la actividad económica es una actividad humana, entonces cambiando la actividad humana cambiamos la actividad económica, es decir, dependiendo de a que empresa le damos nuestro dinero es la manera en como decidimos la distribución del poder. Si dejamos de gastar dinero en las empresas de la oligarquía, le dejamos de dar poder, poder para comprar políticos, poder para instigar las guerras, poder para la corrupción, poder para destruir el medio ambiente. En otras palabras el poder del dinero no solo lo tienen los poderosos, también lo tiene la sociedad, en virtud de que la sociedad encuentre la fortaleza, el conocimiento y la conciencia para crear una actividad económica nueva, distribuirá el poder que existe de una manera mas democrática y en los intereses de la mayoría en lugar de la minoría. El poder esta en nosotros si así lo decidimos. El punto fundamental entonces es ¿Por qué no nos decidimos a usar ese poder? ¿Dónde debemos buscar la fuerza de voluntad para tomar la decisión de prescindir de un estilo de vida que está destruyendo nuestro entorno?
 
Nuestra moderna sociedad debe plantearse si la manera inteligente de retomar el control de nuestras civilización, es repetir la sangrienta historia de las revoluciones, de las confrontaciones del pasado para romper un statu quo, o si vamos a elegir que la siguiente revolución sea que cada individuo retome en sus decisiones el poder de la economía, la educación, la ciencia y por ende, dar los primeros pasos a la expansión de la raza humana a las fronteras que siempre ha imaginado; Puerto Vallarta ha dejado de ser un destino brillante en el mapa turístico mundial. Diversas decisiones, propias y ajenas lo han afectado, trayendo menos turistas internacionales al no haberse desarrollado un mercado alterno; el crecimiento en la presencia de productos importados ha desplazado los productos locales, incluyendo la cultura misma de nuestro pueblo. La psicología del emprendedor local, ha dejado de lado la creación de servicios para un mercado local, enfocándose en uno internacional cada vez mas escaso. Está en tus manos, lector de este artículo, el educarte y formarte, para decidir con el ejercicio de tu gasto a quien le quieres dar el poder. A las grandes corporaciones que producen bienes y servicios, o en crear una cadena de consumo que le de valor agregado directamente al entorno que nos rodea.
 

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